Es la más reciente de las películas del Universo cinematográfico de Marvel y, seguramente, estará entre las mejores de toda su producción. En apariencia, retrata el ascenso de T’Challa (Chadwick Boseman) como rey de Wakanda (una nación súper desarrollada tecnológicamente y escondida en el corazón de África), después del fallecimiento de su padre en los acontecimientos de Civil War.

T’Challa encarna a Black Panther, el héroe de Wakanda, acompañado de un elenco secundario que de secundario no tiene nada: Nakia (Lupita Nyong’o), Okoye (Danai Gurira), Everett Ross (Martin Freeman), Zuri (Forest Whitetaker), entre otros. Teniendo como principal amenaza de su muy bien resguardado país a Ulysses Klaue (de la mano del genial Andy Serkis) y Erik Killmonger (de la mano de un impecable Michael B Jordan). Hasta acá, todo el protocolo.

Black Panther consigue conjugar mucho más que una película de superhéroes, llegando al punto de ser –por mucha diferencia- la más humana de todo el MCU, con un mensaje sumamente profundo y arrollador. Podemos decir que la cinta trasciende sus propios parámetros de “divertir y entretener” (que es lo acostumbrado en producciones de este tipo) y eleva su desarrollo al siguiente nivel.

Como ya tuve la oportunidad de hacerlo con el álbum del mismo nombre, la película está cargada de una crítica social que va mucho más allá, con un mensaje político que, a pesar del año en que nos encontramos, todavía está lleno de relevancia e importancia. Nos propone plantearnos una situación donde aquellos que por cuestiones raciales siempre tuvieron una desventaja se encuentran en una situación de privilegio. Transmite el conflicto que esto representa, el dilema sobre cómo manejarlo, la posición que asumimos todos al sentirnos extranjeros en otra cultura y quién podría “defendernos” cuando eso pase.

Me gustó bastante que todo esto que estoy comentando, no se nota en apariencia al principio del filme; el mismo se desarrolla en velocidades y tonos acordes a un audiovisual de superhéroes, sin mayores sorpresas. Conforme llegamos al arco principal es claro que tenemos muchas aristas a las que apuntar, nos deja con muchos planteamientos en la cabeza y esperando que se resuelvan lo antes posible.

En gran medida esto es posible gracias a un desarrollo fantástico de los personajes, incluso los secundarios. Cada uno con sus características, conflictos y determinaciones ponen sobre la mesa varias cuestiones que es imposible pasar por alto y lo dejan a uno al pendiente de cada mínima acción. Es tan basto el contenido que cada personaje secundario es fundamental, pudiendo llegar a ponerse incluso a la altura de Black Panther, el protagonista, sin que esto constituya necesariamente algo malo.

Para personajes que se destacan voy a necesitar un (amplio) apartado para Erick Kilmonger. Increíble la forma en que concibieron al villano. Sobre todo, al tratarse normalmente de uno de los puntos flojos de Marvel. En esta ocasión confeccionaron un villano fascinante con una motivación y argumentos sólidos, representado el otro lado de la problemática que mencionábamos al principio. Personalmente, llegó un momento al mirar la película que necesitaba levantarme y preguntar a los cuatro vientos (?): “¿alguien más está pensando que tiene un muy buen punto a su favor?”. Killmonger es ese villano que logra que simpatices con él. All hail the King.

Es posible si que el climax caiga, como muchas otras veces, en lo redundante y lo cliché, más que nada por el último acto, aunque no deja tener guardadas algunas sorpresas que realmente conmueven. Con menos acción que las demás películas de esta productora, tiene lapsos bastante “tranquilos” en una película que generalmente conlleva más acción, pero no deja de ser lógico que se prefiera este sacrificio en pro de darle mayor realce a su idea principal.

Es que la misma es una de las mejores del MCU (siempre digo que soy incapaz de armar un podio en estos casos), no solo por su producción, diseño y puesta en escena, además de un trabajo de sus protagonistas sumamente satisfactorio, sino porque usa todo eso para comunicar una idea. Su foco es denunciar las injusticias, la discriminación, la indiferencia. Black Panther trasciende con su mensaje, dejando un universo ficticio, para llegar a nuestra realidad a representar y hablar por una minoría apartada.